
Caminaba sin parar, no queria mirar hacia atrás, si lo hacia podia dolerme hasta lo mas profundo de mi corazón, no quería que él viera mi rostro desfigurado, triste, amargado, quemado por las lágrimas que caían por mis mejillas, el dolor a veces quema...
Nos volvimos a encontrar unas semanas después, el dolor ya no estaba, las mejillas ya sanaban, y el corazón se volvía nuevamente de metal.... lo miré, lo escuche, me marché... no lo he vuelto a ver.
2 comentarios:
Yo también ando con el corazón de metal, ya lloré todo lo que tenia que llorar... y ahora soy una mujer fría frente a ese hombre que alguna vez provoco sensibilidad.
Lastima que el dolor a veces nos cambie.
si... la verdad es que es triste que el deamor te logre cambiar, lo malo que no te cambia para mejor, si no que dejas de confiar, de amar y eso es triste, muy triste
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